Con esta huelga de limpieza en la capital, añoro esos días en los que paseaba por las calles y pensaba que era una ciudad sucia por ver cacas de perro y algunas bolsas de basura fuera de los contenedores, pues ahora sí que está sucia la ciudad.
No me gusta nada el comportamiento de los piquetes, pues están perjudicando mucho a todos los ciudadanos, pero peor se está portando la alcaldesa y sus colegas del ayuntamiento, que pasan del tema como si no tuvieran nada que ver, como si no fueran ellos culpables en gran medida de lo que sucede.